El centro del lago de la luna

Una pequeña Republica del desconcierto y la desazón.

sábado, septiembre 17, 2005

Un poco raro

Los demás existían mientras yo, los miraba vivir.
Onetti



…detestaba su trabajo. Por ejemplo, en aquel instante en que los mosquitos le hostigaban constantemente con ese maldito aleteo cercano al oído. Coño pica, pero no jodas, pensaba el licenciado. Una humedad infinita, agua en lugar de aire, espacio en el que no se entiende la razón por la que no te ahogas, una vegetación que te mira a todas horas incluso en la profundidad de tus sueños, una selva que no duerme por las noches ni descansa por el día. La selva palpita al ritmo de ritmos lejanos que vienen de ninguna parte, de ningunas manos, que procede de un terror atávico sin forma y sin materia, que no existe aunque lo respires.

Nada de eso eralo que le desquiciaba al licenciado. Únicamente aquella insoportable sensación de agonía que emborronaba todo: el cielo invisible, el río de turbias aguas, las ropas caladas y putrefactas, el cansancio del motor… el gemido de un asmático, la última nota de una corneta que muere, el aire que solapa la muerte en las nieves. Algo así. O distinto. Aquel mundo se moría, se moriría. El Licenciado lo sabía y sólo rogaba no verlo. Era un egoísta de vocación generosa y cobardes hechuras. Solo al fumar no era contradictorio...

martes, septiembre 13, 2005

Memoria de mis putas tiernas

Película: Princesas

Calificación: ****

Si sigues leyendo es porque no sigues mis propios consejos. Si es así felicidades, las cosas, tiene pinta de que os irán bien.

Uno tiene sus debilidades. Fernando Leon de Aranoa es una de ellas. Supongo que es por aquello de que me he visto todas sus películas, porque se trata de un director que habla conmigo desde mis mismos sitios (lejanos pero míos)y desde parecidos años. Vi Familia y me encantó. Vi Barrio, vi los Lunes al Sol, todas ellas con la mirada llena de pantalla. Esta, en cambio, fui a verla con la mosca detrás de la oreja. Por una vez la crítica no era unánime. Me equivoqué de mosca. Olvidaba que el chico es una de mis debilidades.

La cosa va la vida de dos prostitutas tiernas. Siempre me ha resultado simpática la figura de las prostitutas (tal es mi frivolidad) por la simple razón de que al parecer, todos las detestan. Los de derechas por indecentes, los de izquierdas por reaccionarias, los machistas por golfas (mientras se las follan, eso si), las feministas por traidoras y sucias, la iglesia por hijas de Satanás (ay la Magdalena, si levantara la cabeza) y la sociedad entera por marginadas. No es dificil encontrar coches de tíos que van a reirse un rato a la Casa de Campo (y en ocasiones, a otros menesteres) ni adolescentes pajilleros riéndose de ellas por teléfono. No cuesta mucho comprobar las censoras miradas de aquellas mujeres que ven en las putas las zorras que les roban a sus maridos (y sus maridos mientras tanto, silbando). No me extraña que se sientan tan mal consigo mismas. Poca gente acaba siendo puta por gusto e incluso estas, deberían convencerse a si mismas de que solo están alquilando su cuerpo, mientras que aquellos que vendieron su alma hace mucho tiempo, gozan del prestigio social que implica tanto dinero (el kilo de almas, a pesar de su caida en los últimos tiempos por exceso de oferta, sigue estando por las nubes) y no saben de remordimientos y otras minucias.

Yo no se si lo de la ternura de las putas es cosa de todos los días o fruto de la perturbada mente de un idealista. Imagino que habrá de todo como en botica, pero el caso es que la película, que habla de dos señoras de la mala vida, de dos frescas, de dos golfas, que por encima de sinónimos baratos son esenciálmente amigas, te hace creible y verdadera la ternura de dos chicas terriblemente solas salvo porque se tienen a ellas. En eso es en lo único en lo que es preferible ser puta a ser ministro o presidente de una entidad bancaria. Una película que te convenza de los buenos propósitos de un político (que los habrá, escondidos, pero los habrá) tiene que ser fantástica y de ciencia ficción (cada cual que interprete fantástica como le venga en gana). Algo bueno que tenían que tener las pobres, puesto, que no lo dude nadie, para que este mundo se enderece, habrá de ser la ternura y la compasión sus fuerzas motoras, por muy chorra que pueda sonar, que lo suena. Y es de ternura, de risas y de miserias de lo que mejor sabe hablar Fernando Leon (del Atleti tenía que ser) y es por eso por lo que te convence. De que el mundo es una mierda, ya nos dimos cuenta hace tiempo y que la única forma de combatirlo es descojonandose lo más posible, pues nos lo enseña él.

Y eso que el principio de la película no me gustó demasiado y que me pareció un poco cursi. Me equivoqué otra vez. No tardas demasiado en adentrarte hasta el fondo, hasta que no te queda más remedio que olvidarte de adjetivos y de comentarios, por qué ¿como coño se puede hacer un análisis racional de nada cuando tienes unas tremendas ganas de llorar? y ¿como coño vas a llorar cuando, ellas (que ya son amigas tuyas, que ya las quieres como querías a Santa o a los chicos de Barrio o al pobre infeliz que contrata a la Familia, es decir, que las quieres como si fueran tuyas y formaran parte de tu vida), no lloran aunque tienen los ojos cargados de razones?. Entonces te da por no llorar, por solidaridad con ellas, porque ellas tienen derecho a llorar antes y tu eres un privilegiado que no tiene argumentos para anticiparse. Porque ellas están solas y la vida les jode además de follarlas.

No creo que la película pretenda ser un análisis social acerca de la prostitución. Una de las críticas sobre la película que he leido por ahí es que no explica por qué el personaje de Candela Peña es prostituta. No creo que sea necesario. Esas respuestas les corresponden a otros. Para mi la película es un retrato de la soledad y de la solidaridad, que por muy parecido que suenen, significan cosas bien distintas salvo en contadas excepciones como esta. Podrían dedicarse a cualquier otra cosa y el resultado sería igual de creible, igual de amargo.

La película deberían ponerla en todos los colegios. Además de porque los bienpensantes se escandalizarían (y eso siempre es divertido) porque la película te enseña a que todas las mujeres, de primeras, merecen ser tratadas como princesas por muy putas que sean (y todos los hombres como príncipes, que conste) y que bastante arrastrada es la vida por si misma en algunos casos, como para enterrarla más con los prejuicios morales de cada cual, que además, tristemente, siempre empiezan en ellas y pocas veces en ellos.

Muy chula.

Llenámelo de leche y se feliz.