El centro del lago de la luna

Una pequeña Republica del desconcierto y la desazón.

jueves, octubre 27, 2005

Por mirar donde no se debe

Mientras conducía, el cielo, nublado y enorme en aquella carretera de aquella tarde, se plegó. ¿Qué quiero decir con que se plegó?. Pues eso, que se torció, que se dobló sobre mismo, que se hizo arruga. Ya se que parece imposible, pero, coño, a veces los imposibles pasan. Creo que me dio tiempo a pensar en ti, a echar de menos tus abrazos, a desear haber compartido contigo ese y todos los instantes, creo que sí, que me dio tiempo, aunque no esté seguro y ya no importe. El cielo, el mundo, no se si el universo, explotaron.

En el planeta Ripu, en la galaxia Lepú, en el lugar en el que todo se mide con cuatro letras, Capu señala a las tinieblas con su recién estrenado telescopio de cuatro letras. Lo que ve le estremece. Un agujero negro devora una galaxia. Solo pensar que eso pudiera pasarle a su mundo le da náuseas. Necesita abrazos, abandona el telescopio, va hacia el salón de cuatro letras donde se encuentran. Se sumerge en ellos. Se siente mejor.