El centro del lago de la luna

Una pequeña Republica del desconcierto y la desazón.

viernes, noviembre 18, 2005

Es lo que tiene


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- Es lo que tiene

- El que

- La guerra

- Que tiene

- Muertos, la guerra está llena de muertos, lo demás es teatro.

- Si ... si que hubo. ¿Tu con quien fuiste?.

- Creo que yo iba con los Unos, ¿y tu?

- Yo creo que combatí con los Otros, no me acuerdó muy bien

- Hace tanto tiempo. Te vas a reir pero, ¿por qué fue?

- Pues fue por ... hostia tu, ¿por qué fue?

- De lo que me acuerdo es del hambre, de ese dolor en las tripas...

- Y del frío, que frío hacía. Los huesos tengo helados desde entonces y la tos no se me va

- Y de la mala sangre

- Y del olor. Puto olor

- ... ¿porque sería?

- Pues no se. Los míos eran unos pedazo de cabrones de no te menees, eso sí

- Pues no sabes lo hijos de puta que fueron los nuestros.

- Pa mamones los que mandaban. Yo creo que nosotros solo éramos tontos

- ...que ya es bastante

- ...no es poca cosa no. Muy idiota tuve que ser pa líarme. Tu hiciste mucho?

- No se. Supongo. Era joven. Tu?

- Algo hice sí. Mucha hormona, muchas ganas. Mucha tontería. Yo también era joven.

- ¿Lo repetirán?

- No se. Ya no es cosa nuestra. Allá ellos. También son jóvenes también son tontos pero algo tendrán que haber aprendido. O no. Poco ejemplo tienen.

- ...

- ¿Te perdonaste?

- No puedo

- ¿Tu tampoco?

- Es lo que tiene

- El qué

- La guerra


...el parque brotado de sol. Frío hacía pero había bufandas. Los niños jugaban al futbol. Los pájaros alborotaban. Una pareja se contaba murmullos, se tocaban las manos y las mejillas. Los dos viejos fumaban pausados mirando al tendido. No había prisas. No había miedos. Se estaba bien.

miércoles, noviembre 16, 2005

Pfffffffffffffff

Estaba yo poniendo la mesa y por pura lógica me asaltó la siguiente pregunta, ¿son deseo e ilusión la misma cosa?. Por pura lógica mía, que en ninguna cabeza cabe que eso te pueda obsesionar entre pucheros, salvo si eres Santa Teresa. Dad gracias a Dios que no me ha dado por tratar de ocupar puestos de responsabilidad logística, porque si yo me ocupara de un reactor nuclear, Chernobil se iba a quedar chico.

El diccionario dice:

deseo.
(Del lat. desidĭum).
1. m. Movimiento afectivo hacia algo que se apetece.
2. m. Acción y efecto de desear.
3. m. Objeto de deseo.
4. m. Impulso, excitación venérea.


y también dice:


ilusión.
(Del lat. illusĭo, -ōnis).
1. f. Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.
2. f. Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo.
3. f. Viva complacencia en una persona, una cosa, una tarea, etc.
4. f. Ret. Ironía viva y picante.


Y es que algo me barruntaba yo, que no eran cosas iguales, que no se parecían. Las definiciones hablan del deseo como corporeo, de la ilusión como algo intangible más relacionado con las inexistencias.

Y es que a mí desde un tiempo a esta parte, las ilusiones me causan un algo de tirria y un poco de ardor. De la ilusión a la desilusión solo media una sílaba y de estar ilusionado a ser un iluso, apenas hay dos. Ni el diccionario ni el corrector del Word saben, en cambio que es el desdeseo, aunque no sea difícil entender su significado si no eres virtual. Ilusionarse es construir castillos de arena en parajes en los que normalmente acaba lloviendo y donde tu terminas tan derretido como los muros de barro. Tu, quisiste ser castillo y ya solo dejas pequeñas motas. Deleznos. Nada.

Una ilusión siempre es probable, poco o mucho, porque cuando es real o cuando no lo es, es certeza, para bien o para mal y entonces estamos hablando de otra cosa. La ilusión es par o impar, es medio o extremo, roja o negra, pasa o falta, pero sobre todas las cosas tu eres ilusión hasta que la bola decide si eres rico o si lo sigue siendo la banca, es decir, la ilusión es efímera y por ello condenadamente absurda, mas o menos como nosotros. En el mejor de los casos nace para ser destruida (según se haga cierta o mentira) y en el peor acaba por destruirte. No es que quiera decir con ello que todo aquello que tenga fecha de caducidad no tenga sentido, sino que los estados intermedios siempre tienen un punto de ridiculez (no hay más que verse de adolescente para darse cuenta) y yo quiero ver de una santa y puñetera vez que hay mas allá de las esperanzas.

Sería de puta madre que fuese cual fuese nuestro destino, o nos conformásemos con ello, o de no hacerlo, siempre tuviésemos fuerzas suficientes como para ilusionarnos de nuevo y montarnos en otro tren. Pero no pasa. Será alucinante que afrontásemos con entereza cada vez que una ilusión no toma cuerpo. Pero siempre pesa. Sería fabuloso, que, viendo lo visto, lo pernicioso que pude ser vivir de ilusiones (y os lo dice un ilusionista) las desechásemos de una maldita vez, pero entonces dejaríamos de existir. El deseo, sobretodo el de nuetros órganos genitales, nunca es tan complicado. A veces condiciona la vida, a veces abrasa pero siempre es más realista. Se puede apagar con una mano, se puede calmar con dinero, solapar en alcohol o en último término, acudir a un psiquiatra. Frente a las ilusiones quedamos más indefensos.

La putada es que no te guste y no puedas con lo de ser pragmático. El problema como siempre es haber nacido, y darte cuenta.

Y esto, como todo, tambiés es motivo para reirse un poco. Vuelvo a lo mío. Sigo poniendo la mesa.

Sed felices