El centro del lago de la luna

Una pequeña Republica del desconcierto y la desazón.

sábado, mayo 20, 2006

Siento informar con tan poca antelación...

...pero el lago de la luna se está secando y la luna ya no se baña desnuda en sus aguas. Las bolas de fuego se diluyen antes de haber salido de mis manos. Echo de menos a la luna y no me queda otra que llenar de nuevo el lago. Lloré pero no fue suficiente, así que he de partir y encontrar los remedios que afligen a la charca. Puede que el olvido se esté apoderando del reino, no lo se. Puede que la Nada vuelva a hacer de las suyas.

Solo es un tiempo. Apenas un parpadeo, espero. Mientras tanto, silencio.

Dejo un fuego encendido, para alejar a las bestias y atraer a los caminantes y en lo alto de la torre una luz que me guíe en el regreso. Me gustan los faros...

Todo vuelve, incluso las ganas

Sed felices mientras tanto


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viernes, mayo 19, 2006

Ovidiado


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Me puse a comer cerezas.

Estaban dulces y frescas y como no tenía otra cosa que hacer, me puse a comer cerezas.

Cuando ya llevaba cién, deje de contar para que no me entrase sueño, y mucho tiempo después yo seguía comiendo cerezas y el día siguiente y pasado mañana. Miles de millones de cerezas.

Y cuando acabé pensé "estoy lleno".

Y no pude moverme.

Y como no pude moverme, me dio por pensar. Y me aburrí mucho. Y me cansé de mi mismo.

Y dije "una solución quiero". Y una solución tuve.

"Yo nunca vi pensar a un árbol". Y árbol me hice. Y como había comido muchas cerezas y no soy demasiado original, cerezo me hice.

Ahora soy un cerezo que reparte miles de cerezas todos los años y muchas más que repartiré, de tantas que comí.

En primavera me salen canas que me favorecen mucho. Y doy una sombra muy buena. Y la gente me quiere mucho.

Pero cometí un error. Los pensamientos no se ven. Los pensamientos se piensan. Así que es de gilipollas convertirse en un árbol solo porque no les has visto pensar. A Bush tampoco le he visto ni un solo atisbo de actividad cerebral y mira a donde ha llegado... el caso es descubrí tarde la terrible verdad (que digo yo si la verdad puede ser otra cosa que terrible). Los árboles piensan. Es más como no tienen a donde ir, -salvo en el Ayuntamiento de Madrid, que les pasean en camión hasta un lugar más bonito (lo mismo le dicen los hijos a sus padres cuando les llevan a una residencia)-, repito, es más, como los árboles no tienen a donde ir, piensan mucho muchísimo. Y encima el Corte Ingles no admite la devolución de las metamorfosis sin ticket. Y como yo no tengo brazos pues no pude sostener el papelito de los huevos así que lo perdí. Me he quedado, quieto, sólo y pensativo. He descubierto un nuevo teorema matemático eso sí.

De poco sirve

lunes, mayo 15, 2006

Cuentos tristes, cuentos ciertos

La Mujer Más Hermosa Del Mundo le preguntó al Hombre Más Triste

De donde te viene la pena

Y el Hombre Más Triste, con sus ojos de agua, respondió

De donde tu belleza...

Pero la Mujer Más Hermosa no sabía las respuestas e hizo la misma pregunta

De allí, respondió el Hombre Más Triste de nuevo y señaló allá lejos

Y ella, tan Hermosa que es absurdo ponerse a describirla le señaló a él, la mano firme y los ojos ciertos y una sola intención

De donde, dijo con su voz, con esa voz

Y entonces el asintió, resignado.

Asómate a mis ojos.

Y la Mujer miró su color indefinible y murió ahogada.