El centro del lago de la luna

Una pequeña Republica del desconcierto y la desazón.

miércoles, agosto 17, 2005

Me tienes contento...

Bertrand Rusell en "La conquista de la felicidad" afirma que uno de los principales motivos de la infelicidad del ser humano es la eterna contradicción entre el ser y el deber ser. El ser humano es un animal social y no hay nada más humano que buscar la aceptación de sus semejantes. El único problema es que nos olvidamos de dar el primer paso, aceptarnos a nosotros mismos. Aceptarse significa compartir las virtudes y sobrevivir a los defectos. Ser portador de defectos no es un problema en si mismo dado que solo conocemos Uno que teoricamente no los usa (y considerando que hizo a los seres humanos a su imagen y semejanza esto es, cuanto menos, discutible) por lo tanto los defectos nos describen tanto o más que las virtudes que nos adornan. Solo debemos deshacernos de aquellos que son realmente dañinos para con los que queremos o para con nosotros mismos. El resto bastaría con sosegarlos cuando proceda, puesto que forman parte de lo que realmente significamos.

Así por ejemplo, ser tímido no es malo en si mismo, no hay mal alguno en mostrarse reservado con personas con las que no tenemos la suficiente confianza, siempre y cuando no afecte al resto de nuestras relaciones. Pero muchos tímidos gustarían de ser extrovertidos, fundamentalmente porque consideran que la sociedad que les mira los toma por sujetos aburridos carentes de interés, sin chica ni limoná y les gustaría ser extrovertidos y graciosos, sin percatarse que muchos de los que se tienen por tales, temen pasar por payasos ante el escrutinio que llevan a cabo los ojos de esa misma gente. Así que siendo tímido y siendo abierto se sufre de todas formas, aun siendo antagónicas las causas que lo ocasionan y diferentes las intensidades con que se sufre, y todo ello porque, siendo cierto que la sociedad te juzga de forma implacable, no hay valoración más demoledora que la que nosotros mismos nos dedicamos. Nadie quiere ser solo una cosa. Ningún actor quiere encasillarse en un sólo papel. No basta con ser estupendo, también es importante ser inoportuno, creativo, monótono, audaz, calvo, musculoso, rubio, cojo, mariposa, bombero, de Vallecas y friolero. Que los ojos y las lenguas del común de los mortales están llenos de porquería no se le escapa a nadie, que muchos pensamos mal de cualquiera por el mero hecho de que exista está a la orden del día, pero que esas miradas y lenguas viperinas harán mucho menos daño siempre y cuando no hagamos caso del demonio que todos llevamos dentro y que nos sugiere con su crónica halitosis "eres un mierda", "no vales nada", "no eres nadie" es de sentido común.

Ser absolutamente feliz es imposible (o por lo menos muy aburrido). Ser feliz una razonable parte de nuestras vidas es la hostia de complicado, pero tiene huevos que seamos precisamente nosotros mismos, los que más pegas pongamos. Nadie puede decir que es fácil, pero el día en que sabemos como somos, el día en que conseguimos dejar de hacernos daño a nosotros y a quienes nos acompañan, es más fácil reirse. Te ries de ti, te ries del mundo. Eres feliz, con achaques de tristeza y aquellos que te desprecian, importan muy poco.

Sed felices :-D