El centro del lago de la luna

Una pequeña Republica del desconcierto y la desazón.

sábado, junio 25, 2005

Estepario

- ¿Como te llamas? - preguntó él.

- Adívinalo - Respondió aniñada.

El buscó algo hermoso y le contestó sonriéndola: - ¿Aire?

Y ella asintió, silenciosa, con los ojos temblándole mientras el se empapaba de ella.

Ella antes no se llamaba así. Ni siquiera podía recordar cual era su nombre en el pasado. Ahora ella ya tenía un presente, los labios de él, y un sonido al que aferrarse, el que los labios de él habían pronunciado.

Deseó llorar recién bautizada.

miércoles, junio 22, 2005

Primicias de las noches perpetuas

El Edificio de al lado del Windsor asiste alborozado todas las mañanas al espectáculo de la decadencia de su vecino y ya no le queda nada para poder mirarle por encima de la azotea y sentirse por primera vez desde hace mucho tiempo, tranquilo.

El Edificio de al lado del Windsor, nació como cualquiera, bebé en cualquier caso. Fue cimientos y tenía miedo de todo lo que le rodeaba. Le espantaba el sol y la luna, el ruido de los coches, el alboroto de las máquinas. Fue niño y era andamios y hormigón y reía como todos los hemos hecho cuando los obreros, paleta en ristre, le hacían cosquillas en su piel desnuda y le mojaban los pies. Fue adolescente desde el mismo día en que el último revestimiento de acero le fue colocado, desde el día en que descubrió su sexualidad por la caricia del aire acondicionado y el roce de un ascensor que sube y que baja, desde el instante en el que tuvo dudas y no encontró respuestas. Y fue maduro cuando se afianzó en si mismo, cuando se sintió orgulloso de lo que hacía, de las empresas de rompe y rasga que se pretendían sus estancias (y con que mimo cuidaba a sus inquilos, y que devoción en la eficiencia de los consumos y como se sobrecogía cuando algo se salía del plan establecido y fallaba por unos minutos), cuando aspiró a más, tal vez a ser dos pisos a más alto, tal vez a ascensores revestidos de madera con ascensorista incorporado, a multinaciones afamadas en los siete mares. Era feliz y empezaron a construir el Windsor. Su esperanza y su locura.

El Windsor comenzo siendo su pupilo, luego su confidente de las nochas más largas y luego el miserable que le hizo sombra. El día en que un obrero puso el ladrillo que situaba al Windsor por encima, al edificio se le ensombreció el alma y nunca más volvió a ver la luz. Tenía cuerpo de acero, pero aspiraba a un alma humana, era de esperar. Luego vino todo lo demás. Las grandes empresas se trasladaron a su vecino (más alto, más largo, más fuerte) y con él se quedaron aseguradoras de medio pelo y vedeles trasnochados. Ya no quedaban conversaciones de insomnio., ahora durante las noches los oidos avezados solo podían escuchar el ruido de el Edificio rumiando su odio hasta convertirlo en una masa compacta imposible de tragar. Se sucedían los apagones en el interior del Edificio y los electricistas no encontraban explicaciones.

Una noche ya no pudo más y todo explotó. Experto en redes electricas y sistemas de seguridad, meticuloso como en los viejos tiempos, el Edificio se ocupó de todo y no cometió errores. A la luz de la inmensa pira, el Edificio encontró sosiego y calor. Ahora espera el día en que aquel ladrillo maldito vuelva al sitio de donde vino y que nadie más le perturbe.

Como el humano que pretende ser, se equivoca.

domingo, junio 19, 2005

Los poetas muertos se reunen para extraerle a la vida todo el meollo

Creo que fue a la séptima o a la octava, pero un día dejé de llorar al ver el Club de los Poetas Muertos... y sin embargo se me siguen poniendo lo pelos de punta y los púbicos lisos cada vez que reincido en la tentación de verla. Si fuera académico pensaría de ella que es lacrimógena, comercial y para adolescentes hormonados pero es que si fuera académico (y a veces lo soy) sería francamente gilipollas.

Andaba yo por mis tiempos mozos y un amigo que lo sigue siendo me preguntó si quería ir a ver la película y yo muy ufano de mí debí responder algo así como: "pero que coñazo, no?". Antes incluso de aquello, recuerdo otra respuesta similar cuando vi a otro amigo leyéndose el tocho del Señor de los Anillos (también sigue siendo amigo pese a todo). Ahora cuando alguien me propone algo y me surge una respuesta de esa índole, me dan ganas de castrarme para prevenir futuros traumas conmigo mismo y mis circunstancias. Vamos, que soy un as del mundo de las intuiciones. Es posible que no fuera por la peli por lo que lloraba sino por lo tonto que puedo ser uno cuando se afana en ello (y yo en eso le pongo mucho afan cuando hay que ponerlo).


Me se la película de memoria. Mi yo adolescente se reanima y culebrea al son de Maurice Jarre. Se me ponen los pelos de punta cuando Todd recita y la camara le acompaña "un loco de dientes sudorosos" dice, "la verdad es una manta que te deja los pies fríos" dice el jodido y pavisoso genio. Me aplasta el padre de Neil con su mirada rapaz, me atrapa Keatting con su voz y con sus gestos, cuando llora y cuando pone música clásica a todo volumen para acompañar una mierda de partido de futbol, cuando el arpa acompaña el sueño de una noche de verano....


...y hoy que la vuelven a echar siento que te he traicionado Mi Capitán, que no te hice caso pese a todas las veces y de todas las maneras que lo pronunciaste. Aprovechad el momento mentecatos, aprovechadlo, rebelaos contra este mundo de mierda aunque solo (¿solo?) sea con una sonrisa y hoy no me quedan Capitán, aunque ya no te llore cuando el Director, ese ser lleno de certezas y vacío de pensamientos, el hombre de la mirada de hielo (es curioso lo bonitas que son las miradas heladas) y el corazón de trapo ,que ni siquiera ha estado en Oz una sola vez, el mismo señor que el sábado sonreía mientras era enfocado con su pancartita de familia igual a hombre y mujer , te echa de u propia caverna donde le muestras a los niños que lo que les enseñan es sombra y que el fuego siempre está detrás. Se me olvidóa la sonrisa que le pones a la úlitma imagen, llena de gaitas y de tios haciendo el vaina
. No lo estoy aprovechando, no lo hago mi capitán, y me subo encima de las mesas y encima de las camas y encima de los coches y del Everest y el mundo sigue igual de inconmensurale y de árido y de avasallador.
Hoy no se que carallo significa Carpe Diem, mi Capitán, que le vamos a hacer...
... una gran película señores académicos gilipollas.
P.D I - El autor de este post no llama gilipollas a los que nos les guste esta película, líbreme dios. Solo a aquellos que no les guste por ser académicos. Además el autor de este post es bastante gilipollas así que ni siquiera caso de serlo la circunstancia le resta ningún aprecio por parte del autor.
P.D II - "...que prosigue el poderoso drama y que tu puedes contribuir con un verso... ¿Cual es su verso Sr. Anderson?".
P.D III Algo me pasa con Tomates Verdes Fritos...