Aún
Sonaban los clarinetes. Se mecían las trompetas. Temblaban los tambores. No cabía mas emoción en la concurrencia cuando, entre los huecos de la música, la profunda voz de cuervo del alcalde, dijo
Y la reina del baile eeees....
La chica más guapa del pueblo fue de nuevo el centro de las miradas
Y el rey del baile eeees....
El chico más guapo del pueblo dio un paso hacia delante
Se cogieron de las manos y siguieron con los pies los suspiros del pasodoble. No se dirigieron palabra, ni se miraron a los ojos, cada uno encerrado en sus propios secretos. Mientras, el pueblo confabulaba y en los oidos de las comadres nacían mil y una historias de cama que siempre habían imaginado de mozos tan apuestos. Lo que la belleza ha unido que no lo separe el hombre.
El festejo acabó y nadie hubiera entendido que el mozo no pasease con la moza siempre que se entretuvieran el tiempo justo como para que las ropas no acusaran sobresaltos y el escandalo entretuviese entonces las noches de la parroquia durante uno o dos lustros. quien más quien menos dibujó una sonrisa cargada de intenciones cuando los dos tomaron el camino de la alameda. Los padres de uno y los padres de otro se acercaron timidamente y entre saludos corteses y menciones al tiempo perfilaban calladamente los detalles de un casamiento que tantas veces habían soñado.
Ajenos a los designios de la moral, la Bella y el Bello caminaban en silencio. El le ofreció la chaqueta y ella agradecío con gesto sumiso, estremecida por el abrigo de la lana. La noche era incierta y las cigarras llenaban el mundo. Los dos tenían cosas que decir. A los dos les costó decirlo
Verás....
yo...
estoy...
enamorado....
enamorada....
de otro.
de otra.
Y cuando escucharon que habían dicho las mismas palabras con distinto remitemente, suspiraron sosiegos y vieron en el otro el único remanso de su angustia
El no es
Ella no es
ni bello ni bella. Tiene las uñas llenas de tierra y algo de jiba en las espaldas y es de andares contrahechos. De mirada divertida que hace reir a los niños y parco en las palabras que se le trompican en los labios. Nunca gritó ni cuando lele tiraron piedras. Nunca respondio con odio los dardos de los miserables...
Y sin embargo quien los hubiera oido hablar pensaría que hablaban de ángeles de pelo rizado y alma reluciente.
Pero mis padres
pero los míos
no entenderían
no entenderían...
y parecían un eco sus lamentos
Los dos revelaron el nombre de sus desvelos y rieron al comprobar que ella y el eran vecinos y compadres de tiempos mozos. Una golondrina cruzó el cielo y justo detras de ella, agonizaba una estrella fugaz. Pensaron, piensa a veces la juventud en justicias, pensaron que el cielo les escribía promesas y por eso se juramentaron en no dejar pasar aquella noche sin luchar por aquello que tanto lo merecía. Tomaron el mismo camino y mezclaron sus risas, soñando despiertos.
Incautos. Ciegos. ¿No veis que las cigarras han callado?. ¿No comprendeis que era un murciélago y no una golondrina lo que surcó el cielo?. ¿No os dais cuenta de que esa estrella murío hace tantos años que nadie se acuerda de lo que vieron sus ojos?. Se lo dice un Dios desterrado escondido detras de las zarzas. Uno de esos que condenaron su inmortalidad por preocuparse de los mortales. Un día cerró los laboos a ambrosías y nectares y los abrió a la desesperación. No hay fuego para el Prometeo diminuto. Tampoco para los muchachos a los que pretende salvar.
Imbéciles. Detened vuestros pasos. Regresad al fuego de vuestros hogares. Olvidad ahora que estáis a tiempo de que los recuerdos no os carcoman las entrañas. Y enamoraos el uno del otro, aunque solo sea porque las leyes del cielo dictan que los bellos y las bellas han de quererse, y las pobres con los pobres y las ricas, con los ricos y no le es dado al simple mortal quebrantar tales preceptos sin recibir a cambio un justo castigo.
Pero ellos continuan, sin darse cuenta de que las hojas muertas les rehuyen el paso y de que un lobo le grita a la luna que como puede uno vivir sin tristeza.
Idiotas, dice con la derrota asordinando sus palabras rindiendo las rodillas que se manchan de tierra. Sabe que lo irremediable no tiene remedio y le caen un par de lágrimas viendo como los muchachos avanzan hacia ello.
No escuchan las voces de las Dioses porque no recuerdan que existen. Y por eso no ven una amenaza en las siluetas que que se dibujan al final del camino justo, donde ellos creen que empiezan sus sueños. No comprenden cuanto dolor les producirán las manos que se topan tan cerca de ellos, las caricias furtivas, los besos robados. Piensan, si es que lo hacen, en quintos y quintas que hacen travesuras en días de fiesta.Y se acercan imprudentes, bebiéndose la noche y sus aromas de espliego recién bañado.
Aun resuenan los añicos de sus almas púberes al comprobar que aquellos que se gozan no son sino aquellos a quienes aman. Aún quema el calor de sus miradas cuando comprueban como el monstruo tapa con delicadeza las desnudeces de la arpía y la protege con su abrazo. Aún duele la rabia que sienten los bellos cuando ven reflejada su fealdad en la hermosa mirada de los engendros. Aún ciega su odio cuando uno de ellos, bella y bello, toman una piedra entre sus manos y al grito de bestias la arrojan contra los cuerpos desnudos. Y luego otra y luego una tercera. Tiemblan los monstruos pero no gritan. Lloran los ángeles.
Aún suenan las campanas de la Iglesia tocando a boda y callando el amor. Bello y Bella agachan su verguenza ante el crucificado, el único testigo de sus miserias. Mientras el pueblo celebra, los novios apenas hablan. Lo atribuye la parroquia a los nervios de la primera de las noches. Hablan los suegros de tierras y de dotes. Bebe el cura las lágrimas del dios perdido. Aún humean las brasas de la casa de los engendros sin que nadie los recuerde.
En la guarida de los monstruos, solo hablaba el fuego, mientras el mundo allá afuera, continúa siendo feliz. Nunca durmieron en la misma caricia. Nunca se dijeron ternezas. Ni volvieron a pensar en golondrinas ni vieron más estrellas en el cielo. Nada fue justo desde entonces. A lo mejor tampoco desde antes
P.D - Vuelvo el 29 de Julio. Prometo historias menos tétricas. O no. Sed felices
11 comentarios:
Caray Mago....
Tu siempre magistral, tu siempre oportuno....
me dejas.... sin palabras....
Aquí te esperaré a tu vuelta...
pasala lindo!
muchos besos!!
Me recuerdas al Guadiana... :)
osh!! excelentísimo lo tuyo...
saluditos!
Gracias por incluirme entre los hechiceros, no hay título que pueda gustarme más. Andaré por aquí ahora que he descubierto esta nave...
Saludos.
Lo mejor es que nos sigas contando historias tétricas, no tétricas, tristes, alegres,... historias al fin y al cabo, para seguir leyendo y participando de las mismas. Me alegro de que hayas puesto fecha de vuelta. Estaré esperando. Besos
No hay nadie justo.
No hay nada justo.
Se feliz tu también.
Saludos Mago. Que le soplen vientos venturosos!
PD: Una alegría escuchar su clarinete.
Sublime. "Nunca durmieron en la misma caricia." Me encanta especialmente esta frase. Dice tanto. Historias tétricas o no las seguiré leyendo. Un gran beso. Sé feliz.
Aunque ignoro si tengo el honor de recibir tus visitas, me permito la libertad de dejar el enlace al lugar donde me he visto forzada a mudarme por la manifiesta incompetencia de fotolog:
http://notasvisuales.aminus3.com/
Saludos
Me he perdido de tu blog y me vengo y el perdido eres tú, aunque pronto estarás de vuelta...abrazos!!!
¿ Afilando la varita de avellano ?
¿ cuando volverá esa capa mágica a hacerte aparecer nuevamente ?
Saludos.
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