Delirando delirios
Qué sólo se vive en la cima, qué frío hace en esta montaña. Escribir es la única manera que tengo de no estallar, que sean mis dedos los que sufran, que a través de mis venas se diluya un tanto el rencor, que quede algo de espacio libre en para salvaguardar las sonrisas. Al fin y al cabo vivir es un juego y al fin y al cabo a mi me importa poco quien gane y que medios use. Yo mismo me condené a la derrota hace tanto tiempo que no lo recuerdo cuando mis ojos eran rasgados, cuando por las tardes regresaba de la mina tan sucio y cansado que no me daba tiempo ni a querer a la paisana, cuando el tiempo y el espacio se perdían entre el cielo y la tierra de los campos de avena sin final. Nunca supe ganar, ni tampoco ahora se como hacerlo, pero echo de menos las pequeñas victorias de las legiones de hambrientos y demás ralea. Reír sin más, dominar el cielo y cada una de sus estrellas. Dormir con los ojos cerrados y con el alma mecida. Odiar un poquito a los que más tienen y olvidarlo al instante si la música es buena y el aguardiente horrible.
8 comentarios:
Un post precioso...sino fuera porque se me ha helado la sonrisa en el alma.
El rencor no es buen compañero, carcome las vísceras. Seguro que encuentras vistorias en tus campañas venideras caballero, seguro. Un abrazo
¡¡Añoro tener este don!!
Me tienes que firmr un autógrafo para cuando te hagas famoso.
Un besito
Poco importa, poco.
Y qué recuerdos trae una música mala y un aguardiente bueno.
Eso que echas de menos es vivir..al fin y al cabo.
PD: Mi abuelo trabajaba en la mina (El abuelo fue picador...allá en la mina...)
Zifnab:
Si me permites le pongo un poco de frivolidad a tu post. El rencor produce alopecia, te seca el hígado a la vez que de hincha la tripa y tu color se tiñe de amarillo (color de mala suerte, donde los haya). ¿No es suficiente la motivación estética para dejarlo de lado?. Paul Newman, Estatua griega viviente, inalterable en el tiempo, mantiene su cabello y su vientre liso por haber dejado de lado el rencor.
Yo creo que ya has ganado...
Autocondenado a la derrota, reir sin más, odiar y olvidar al instante.
Cuando usted lo desee. Las puertas de mis cloacas estarán abiertas.
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