Nazarenos
A lo mejor fue por llevar capirote por lo que creí ser mago y, desgraciadamente, me voy dando cuenta de que lo que de verdad soy es nazareno de la Cofradía del Perpetuo Error. A lo mejor voy un día y al mirarme a los ojos voy y encuentro charcos, pero también un poco de orgullo, aunque no sepa para que coño sirve tal cosa. Vale que más vacío, vale que menos gallardo, pero también un poco más yo y un poco menos nadie.
Los Reglamentos de la Orden vienen a decirte que:
1. Te tropezarás mil veces con la misma piedra
2. Para que flagelarte si puedes pensar
3. No importa cuantas veces lo cometas, siempre pensarás que no habrá una siguiente vez. Es por eso que en lugar de cofrades, nos suelen llamar gilipollas, porque de esa forma es más fácil entenderse
4. Después de la enésima siguiente harás un sano proposito para dejar de ser cofrade o gilipollas (al gusto) a lo que tus compañeros y compañeras (sin distinción de sexos) responderán con sonoras carcajadas
5. Fracasarás, cuadrando el más vicioso de los circulos. A la mañana siguiente al salir del portal, te pegaras una inmensa hostia. Te has tropezado con una piedra. O una roca. O una montaña. Es que soy miope y acabo confudiendo los tamaños.
Y claro, leyendo los pseudo mandamientos, como que no te dan muchas ganas de alistarte y es precisamente por eso por lo que aún resulta mucho más frustrante si cabe, tratar de encontrarle una respuesta lógica al hecho de que mes si y mes también, salgamos en perfecta comunión a procesionar por las calles de nuestras respectivas poblaciones. El caso es que, por mucho que haga memoria, nunca logro recordar el instante en el que, cuando mis tías me preguntaban que quería ser de mayor, yo les respondía sin dudarlo ni un momento, idiota.
Este texto pertenece a ese género que tanto practicamos los bitacoreros (se dirá así?) y que consiste en quejarse en medio de un lenguaje críptico que pocas cosas aclara. Este quiere decir que me cago en to, más o menos, perp también que mañana se me habrá pasado. O no. Lo mismo da. Procuro convencerme en los días pares de que no estoy legitimado para protestar, por lo que os pido que en lugar de hacerme caso (y es que ni siquiera se si cuando acabe esto le daré a publicar) paseis de mi, y me contéis que es que quereis ser cuando seais niños o expliqueis porque existen tantos tipos de tarta de queso y tan sutilmente diferentes
Sed felices, por lo del efecto dominó y tal.
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