Cosas sin nombre
Pues resulta que Borges escribió un poema -el último de los que figuran en este enlace- en el que mencionaba cosas (yo añado personas o animales) que la historia se ha olvidado de mencionar, de darle nombre o de identificarlas, y uno de estos profesores que despiertan la admiración de sus alumnos y las fantasías de sus alumnas tuvo la ocurrencia de proponerles a sus pupilos que le imitaran. Y los pupilos le imitaron y le superaron, porque le añadieron cosas que a Borges parece que le quedaban un poco grandes, como por ejemplo el sentido del humor. Y así se refirieron por primera vez desde que el mundo es mundo, a la canción de moda que cantaban los marineros del barco de Colón o al parásito del parásito.
A una de esas alumnas le pareció muy divertido y me lo propuso y yo caí, enamorado de la moda juvenil, convirtiéndolo en una enfermiza obsesión de una noche sin sueño que murió en cuanto despertó el día, siendo este el resultado que no se que calificación obtendrá. Si a alguien le apetece, que lo haga y comience desde este mismo instante una cadena de esas interminables que unos y otros nos vamos pasando (juro que todos los beneficios económicos se destinarán a entidades que me beneficien) y si no todos libres...
pero estas son las cosas a las que la Historia nunca le dió nombre y por las que quedará condenada para toda la eternidad. Acoqui.
- El lugar en el que nadie puede verme
- La burra que maternalmente le llenaba la bañera de leche a Cleopatra
- El motivo del mal
- El pariente de María del que se acordó Jose cuando ella le dijo que un tal Gabriel le había anunciado que estaba embarazada
- El primer lobo que le aullo a la luna
- Las lágrimas de mi padre cuando se murió mi abuela
- El nombre de un inmigrante que se comió el mar
- La mujer que le contaba cuentos a quien quiera que escribiese Las mil y una noches
- El primer cigarro que se fumó mi madre
- El único pianista feliz que no acabó en el circo
- La primera ola que pronunció el mar
- El último puñetazo de Gandhi
- La rizada sombra de mi amante
- La marca de las magdalenas que desayunaba Proust
- Las caricias que posa el sargento en las mejillas de su mujer
- El día anterior al primer lunes
- Las palabras de Harpo Marx que le hacían reir a carcajadas a Buster Keaton cuando quedaban a cenar en casa
- El peluquín que compró Sanson para olvidar su mal de amores
- Una señor que al poner la tele logró no ver una sola imagen de la muerte de Juan Pablo II
- El color de los ojos de Dios
- Una caracola muda de mar
- La noche en que se durmió el buho para conocer el día
- El árbol que cambió mi vida
17 comentarios:
Uff! ¡qué difícil! pensaré en ello. Besos
La burra que llenaba la bañera a Cleopata maternalmente se llamaba Josephine, no me preguntes cómo lo sé pues no puedo decirlo, pero ese era su nombre.
Oye, me ha encantado.
Un beso.
Je,je....¿El motivo del mal?.... La humanidad... mas claro agua
me encanta borges...
vaya martes que tiene la peña, me incluyo, eh? y sin ofender... un beso. lou
El momento en que estuviste pensando para escribir este artículo.
éste instante, en que intento buscar:
la respuesta a los olvidos...
Besitos mios Señor
Pero si Borges tenía un extraordinario sentido del humor. Era un maestro de la ironía.
Hay tantas cosas que no tienen nombre..
El nombre de mi alma,rota en pedazos..
El nombre del hijo de puta que se llevo a mi padre...
y asi un largo etcetera..
Muy bueno Zif, me has echo recapacitar sobre esto.
Un abrazo magico.
Si no tienen nombre ¿a que bautizarlas?, dejalas estar
Quién pronunció por primera vez la palabra Amor y más aún, quién fue capaz de encasillar ese sentimiento en una definición que debemos asumir como universal.
Nunca he entendido cómo algunos son capaces de definir el amor.
PD: Pude regresar, al fin, y escapar de la ausencia de tiempo.
Una tras otra a cada cual mejor.
Un beso.
Cada vez me gustas más, querido Zifnab.
De curiosa... así nomás
He disfrutado este post...
Uff, complicado!
Creo que el silencio no se nombra con silencio y merecería la pena nombrarlo (callando, siendo árbol)
Líos mentales de uno...
La sonrisa de un niño, la mirada perdida, el patio donde jugaba, el primer día de todo, el calor de un abrazo, el libro que nunca leí, la rana que se convierte en príncipe, mi marioneta,..., seguro que luego se me ocurren más. Besos
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