El centro del lago de la luna

Una pequeña Republica del desconcierto y la desazón.

martes, noviembre 28, 2006

Los hombres grises (y II)

Se que no debería seguir, pero sigo. Sirve para soltar lastre y comenzar otras cosas. Insisto, eximo a la gente de la lectura de nada que tenga que ver con política. Mucho menos de esto

... Si no conozco ideología buena, por su impermeabilidad a los cambios, menos aún pueden parecérmelo, las doctrinas de partido, que solo admiten aquellos que permitan la adquisición del poder. Resulta sorprendente que ningún ministro ni ningún presidente se sonroje al decir esto y lo contrario según cual sea el color del escaño que ocupe pero lo es más aún que sus correligionarios no pongan el grito en el cielo y se arrojen al escepticismo cuando lo escuchan
. Los más lúcidos de entre estos a lo más que se atreverán es a espetar a su contrario. "Y tú más". Es dificil lograr que el mundo cambie si no concibes un mundo en el que hay gente que piensa distinto. Si se quieren cambios ostensibles se tiene que contar con los otros, respetarlos y si no obtener su aceptación, al menos evitar su resentimiento.

En la fidelidad a un partido ya sea desde dentro o desde fuera se utiliza el término "los otros" como una seña de identidad que asusta al menos tanto como los fantasmas de Amenabar. Los políticos, tan capaces de gritar como energúmenos en la Sala comparten cañas y risas en la cafetería del ingreso con aquellos a los que unas horas antes han insultado gravemente. Es decir, políticos de un color u otro no son incompatibles sino que fingen o padecen su agresividad en el ejercicio de su función pública y dejan su civismo para su esfera privada. El problema de esta hipocresía es que no resulta gratuita, sino que es reproducida por los feligreses de uno y otro partido que encienden sus bocas y a veces sus puños a imagen y semejanza de sus dirigentes. Lo que en el Congreso termina en el bar en la calle a veces acaba en calabozos. Y cuando las cosas se salen mucho de madre, en guerra.

Sabemos que nos mienten. Que nos dicen vanidades que halagan nuestros oidos. Y sin embargo les votamos, tal vez por qué no se ha distribuido suficientemente el Elogio a la lucidez de Saramago, o sencillamente, por que somos idiotas y tenemos lo que nos merecemos. Son políticamente correctos hasta que un micrófono abierto a deshoras o una pobre expectativa de votos les vuelve incorrectos. Defienden públicamente a los suyos hasta el absurdo y denigran despiadamente al contrario a pesar de la evidencia de que no es oro todo lo que parece ni merda todo lo que huele mal. Al parecer el orgullo gana votos y la humildad los pierde. Es mejor vejar al contrario que reformarme yo. Estos es habitual en todos los estratos de la sociedad, pero ellos lo hacen a la enésima potencia y los devotos les siguen con los ojos vendados y los pies y las manos sin capacidad de movimiento.

Pero, ¿por qué mienten?. Porque todos mentimos y ofrecemos a la gente la mejor de nuestras caras, si es que tenemos alguna buena. No creo que ninguno de mis amigos me votase como presidente del gobierno. La diferencia es el tamaño de la mentira. Si alguien te dice, soy el mejor, soy el más grande soy el más bueno le miras con asco por gilipollas. Los políticos lo dicen constantemente de si mismos pero además dicen otra cosa. Dicen que quieren mejorar las cosas. Y eso es mentira.

La mentira es el medio. El fin, la adquisición del poder y el fin último, cambiar las cosas. Cambiarlas, que no mejorarlas. Por muy bien que lo hayan hecho, los cargos políticos son borrados del mapa cuando cambia el régimen, por muy incompente que sea el sustituto. Esto a veces sucede en las empresas, pero dado que estas persiguen el lucro económico, no con tanta frecuencia. Esto es dinero público. Si lo roba le defenderemos hasta que un juez nos indique que debemos olvidarnos de su nombre. Si desperdicia le restaremos importancia mientras sea de los míos. Lo de dimitir, no se concibe, no jodas. Los pocos políticos que defiendan al adversario serán tenidos por tales, por mucho que traten de mejorar el mundo a través de gente que, piense lo mismo, o distinto ha hecho bien su labor.

La semana pasada en España, Obiang, un criminal que además es presidente de un país tan pobre de dinero como forrado de petroleo, fue recibido por miembros del gobierno de España y por miembros de la oposición habida cuenta de las posibilidades de negocio que a costa del bienestar de su pueblo, ofrece ese cabrón. La excusa, que es bueno para el país. La realidad, que quienes lo reciben son corruptos, porque mediante su actitud, a lo mejor las cosas mejoran para España pero empeoran para la humanidad. Y lo más jodido del tema es que cualquier estadista haría lo mismo. A pesar de que así las cosas nunca vayan a cambiar ni haya mejora posible. Por este tipo de cosas, por su afan de manipulación de las masas, por su alteración de la verdad a través de medios afines, por su maniqueismo y por su afan de perpetuarse en el poder, son corruptos. Mucho más imprescindible de lo que yo lo pueda ser, si, pero corruptos en cualquier caso.

P.D Se acabó la política. Volvamos a los lugares con neblina y a la redondez de los pechos de Selena no sin antes agradecer a Eulalia que me obligue a pensar, se esté o no se esté de acuerdo

13 comentarios:

Blogger TICTAC ha dicho...

Que quieres que te diga..lei' ambos posts y coincido al 95% de lo que dices...el otro 5% es por si acaso se me escapo' algo en el afan de leer y por el par de politicos salvables que en algun lado de este mundo tienen que existir, asi'...por amor a mi incurable optimismo!!

Un abrazo Mago

2:21 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola,
Soy de México, y en mi pais la corrupcion politica es el pan nuestro de cada dia :( coincido contigo aunque quiero creer que debe haber algun polico rescatable :P
Siempre he dicho que para que haya corrupcion se requiere de dos,
uno que corrompa y otro que se deje corromper, esta en nosotros hacer el cambio :)
Saludos desde Tabsaco, México
MAI

4:36 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Plas, plas plas (Aplausos de público enfervorecido...).

Abrazos, Sr. Zifnab.

7:32 p. m.  
Blogger El Tipo de la Brocha ha dicho...

Voto por los pechos. No importa que sean de Selena o de otra mujer.

10:08 p. m.  
Blogger Trenzas ha dicho...

Por no variar, me sumo y no me re-sumo, por miedo a desaparecer, que ya soy bastante enana.
Mago, estás lúcido aunque lo tuyo sean las neblinas. Que tampoco es que te vayas tan lejos, porque lo que se dice cielos despejados, en política no existen.
Un abrazo

11:08 p. m.  
Blogger Montse ha dicho...

mago, hoy te enlazo ese post, que casa bastante bien con el mío, aunque no tengan mucho que ver ( o alomojó es que tienen mucho que ver y lo que pasa es que son perros parecidos con collares diferentes)

pero en el fondo en el fondooo...

Vamos que te enlazo el post.

10:03 a. m.  
Blogger Seoman ha dicho...

Por desgracia o por suerte la politica es inherente a nuestra vida cotidiana. Que interese o no, eso es otro tema. Eso si, políticos, a la basura

11:04 a. m.  
Blogger Eulalia ha dicho...

Creo que es mentira que te haya hecho pensar, Mago.
Pienso que lo que dices es sólo una parte de la verdad.
Me parece que hablar de corruptos sin hablar de corruptores y de aquellos que lo consienten por pereza es demagogia.

Corrompe el dinero, y la ciudadanía no tiene la dignidad suficiente para actuar y evitarlo.

Ser honesto es la mayor heroicidad, el objetivo más elevado que una persona puede marcarse como meta en la vida; sin embargo, ¿a cuántos conoces que sigan ese camino? ¿Quién admira al honesto?

Se admira al triunfador, cuando todos sabemos que para triunfar en lo que sea es ineludible cierto grado de corrupción.

Aborrezco aquello de que "el fin justifica los medios", pero asumo que, hoy por hoy, esta democracia pocha es el mejor medio conocido para conseguir que los poderosos - no los políticos: los dueños de la Tierra - lo sean menos. Por eso creo que mal favor le hacemos a la herramienta si cargamos contra ella: mejor pensemos cómo afinarla, en lugar de sentarnos a soltar lamentos por su escasa utilidad.

Ya sabes,

Un beso.

11:40 a. m.  
Blogger Eulalia ha dicho...

Se me olvidaba:
A un político hay que exigirle que cumpla su programa, no que sea San Francisco de Asís.
Y pocos votantes se leen los programas antes de votar: eso es desidia.
Si cometen un delito, que lo paguen; pero es hipocresía escandalizarse por conductas personales que nosotros tenemos asumidas en nuestra vida privada.

Otro beso. :)

12:10 p. m.  
Blogger Zebedeo ha dicho...

Yo, como presidente del partido PPMM (Partido Para Mi Mismo) estoy en desacuerdo con que todos los póliticos insultamos a nuestros hijoputas oponentes. Si usted es un cabr... mal nacido y no tiene un par de coj... allá usted.

Riiing. Ah, ya se acabó el debate.
¿Nos tomamos una caña? :)

5:52 p. m.  
Blogger cieloazzul ha dicho...

Ays Señor Mago pero es que ahora en ésta actualidad actual cualquiera que se pone zapatos y corbata se siente mesias, político o ladrón con titulo...todo queda justificado y ignorado según le convenga a los articulos constitucionales de cada ojo escrutador, y así... cuando sentimos que le poder está a casi nada de llenarnos los bolsillos uno se olvida del 2 no robarás" , " no desearás a la media naranja de tu projimo" y no " matarás".... entre otros más... y todo queda bajo la indulgencia que dá a la investidura tal o cual del politico...
Y mira tu que en México tenemos dos presidentes...uno Institucional y el otro salido de un cuento de terror...;)
en conclusión...
La politica no es tan mala, no, lo que la hace mala son los politicos que es lo mismo que los usuarios...!!
Besos de sexenio...

7:21 a. m.  
Blogger Peter ha dicho...

Que bofetón de realidad en mi primer día de regreso a la blogosfera, Zif!!

12:37 p. m.  
Blogger *Blue*Princess* ha dicho...

un beso!!!

6:52 p. m.  

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