El centro del lago de la luna

Una pequeña Republica del desconcierto y la desazón.

domingo, julio 02, 2006

Esta juventud...

El problema no es si nosotros creemos en Dios. El problema es si Dios cree en nosotros.

Los lunes al sol



Una noche una playa un verano. Cualquiera en todos los casos porque precisar es poner límites.

Una chica. Un chico. Guapos a su humilde manera de entender la belleza. Sentados sobre la arena en la que sumergen sus manos y sus pies desnudos. El cielo está lleno de estrellas y hablan entre ellos de tonterías minúsculas. Es la última noche de sus veranos eternos. El verano que viene no será allí, no será tan largo no será juntos. Llevan un mes pelando la pava gustándose y sintiendo miedos tan propios de la edad (y de estar vivos) pero el sonido del mar (que se va que se viene que arrastra piedras adormeciéndolas), las luces del mundo que palpitan en las aguas e insinúan secretos, las Cariátides que lloran en el cielo, los silencios que les acusan. La última noche. La noche.

La chica piensa. Yo quiero posar mis dedos en su cuello para señalar un beso, uno resbaladizo al que regresen los dedos un poco más tarde y deslizarlos hasta atrapar su pecho y persistir en la caída libre primero los brazos y luego sus manos y quedarme un rato allí, uno, dos tres segundos, bueno mejor cuatro, bueno quizás cinco y abandonarle pero sólo para regalarle pecados. Que mis manos lleguen a su pantalón y lo desabrochen, que no se detengan allí y descubran sus calzoncillos. Desprenderlos y asistir divertida a ese ligero respingo. Tomarle para mi y posar los dedos para señalar los besos y seguir la caida libre...quererte eternamente esta noche.

El piensa. Yo quiero mordisquear tus labios sin calma y cogerte el rostro firmemente y mirarte pero solo para no entender que hago sin besarte y regresar el intento y volver a tus labios y quedarme allí. Yo quiero volverte a mirar y entender tu mirada, que acata, que consiente y mientras te miro sin pausa, dejar que mis manos se tornen traviesas. Tomar el tirante de tu camiseta y dejarlo caer. Primero un hombro y luego dos, primero un pecho y luego dos. Medir su peso con mis manos, revelarlos con una caricia sin fin. Recorrer la ruta de las seda por tus piernas. Yo quiero mordisquear también esos labios sin calma... quererte eternamente esta noche.

Pero habitan el mundo de las ideas. Las estupideces que pronuncian poco a poco se apagan y dejan paso al silencio con el que desvelansu cobardía. No se aprovechan de los hados, se darán un beso en la mejilla y se mentirán diciéndose que se escribirán o que volverán a verse. Se irán a fin de cuentas. Todo lo demás no importa.

Y UNA MIERDA

Que?

HE DICHO QUE UNA MIERDA

El chico se ha levantado y completamente indignado me ha soltado esto. La chica ha dicho algo relativo a mi madre, no se el qué.

¿Como que una mierda?, les respondo

La chica habla. No me había fijado pero tiene unos ojos furiosos y negros.

Una M,I,E,R,D,A a ver que letra no has comprendido. Pero tu ¿quien coño te piensas que eres, imbécil?. ¿Te crees acaso que por el mero hecho de escribirnos tienes derecho a jodernos la vida?. Por que yo creo que no, que eres un pobre idiota al que no se le levanta o algo parecido. Un listillo, un tocapelotas que dicen en mi pueblo

Que más te hubiera dado dejarnos fornicar a gusto y en paz. Replica el chico. Suda y le brillan los músculos. Nunca le había visto así. No, tú, que eres el más guay, tenías que mandarnos a nuestras casas con un calentón de pelotas a que nos comiésemos la cabeza durante toda nuestra vida sobre lo que pudo ser y a tí no te dio la gana que fuera.

Muy, pero que muy cabreados les veo. Se miran y se dan fuerzas. Se desean, la verdad, se desean mucho

Y además, eres un lila, continúa el chico crecido. Pues no vas y a bajarle las bragas le llamas ruta de la seda, pringao.

Pues no te lo pierdas que a que se te ponga dura le llama ligero respingo insiste ella con una sonrisa febril. De ligero nada, piensa divertida

Pero

Pero nada. El chico se pone más gallito. Mira, que como no nos dejes hacer lo que está mandado que hagamos, como te me cruces en mi camino te voy a poner el rostro del revés a ná que te descuides

Y ella suspira y le toma de la mano y le pide que se siente y me dice.

Escúchame, por favor, este es un cenutrio, es buen tío y me hace sentir diferente, pero al fin y al cabo un cenutrio. Yo se que no podemos hacer nada, ni amenazarte ni exigirte ni amedrentarte porque al parecer los personajes no tenemos derechos humanos ni fundaciones que nos protegan. Puedes eliminarnos cuando quieras, darle repetidas veces a la tecla de borrar y nosotros jamás habremos existido. Pero prefiero no existir a existir a medias. El es guapo y yo guapa a nuestra humilde manera de entenderlo como dices tú, y nos gusta esta playa y este ruido y nos gustamos nosotros, que no siempre pasa. Mañana nos iremos cada uno a su casa y eso, si es que llegas a escribir sobre mañana. Pero esta noche te pido por favor que escribas sobre nuestros cuerpos. Por favor. Lo dice con una voz tierna que me recuerda algo…Por favor

Y cumplo. De nada serviría hablarles de mi intención nostálgica, comentarles acerca de los veranos perdidos o grandilocuencias similares. Tolero pero no perdono y juro condenarles al olvido mañana mismo sin falta. Pero eso será más tarde y me temo (y me alegro) que apenas importará, porque ahora…

Ella posa sus dedos en el cuello de él para señalar un beso, uno resbaladizo al que más tarde, regresen los dedos…

Él mordisquea sus labios sin calma y le coge el rostro firmemente y la vuelve a mirar, pero solo para no entender porque no continúa besándola y regresa al intento y vuelve a sus labios y se queda allí

13 comentarios:

Blogger Cobre ha dicho...

Muy bueno niño, muy bueno!!
de veranos así, perdiendo el tiempo en estupideces, en darle demasiadas vueltas al coco y no hacer lo q verdaderamente se desea...

q recuerdos me ha trae tu post!

Un beso Zifnab

3:35 p. m.  
Blogger cieloazzul ha dicho...

ohhhhhhhhhhh!!!! Señor Mago, unos personajes con mucho carácter y deseos...
ésta vez no perdonarán lo sutil del escritor, ésta vez el deseo re-escribirá la historia... y nosotros..lectores empedernidos....
cambiaremos el final una y mil veces....
segín el deseo...
como siempre...
una belleza, Señor..
besos!

7:08 p. m.  
Blogger Eulalia ha dicho...

Eso: y una mierda.
Bastante la cagamos en la realidad como para que, encima, pringuemos a nuestros personajes.
Eso es ser escritor: arrepentirse los millones de veces que hagan falta; y si tienes la capacidad de reirte de tí mismo, para qué te voy a contar.

7:54 p. m.  
Blogger Bito ha dicho...

Ay señor Zifnab... que al final les dejó sin su polvete y lo cortó en medio del beso... supongo que habrán de andar maldiciendo a todos los suyos, o algo por el estilo.

Eso le pasa por escribir sobre adolescentes, que siempre pasa lo mismo, tienen demasiados deseos y pasiones y nunca están contentos, no entienden que la necesidad de un treintañero es de recordar con nostalgia y cariño porque los anhelos ya no pican con tanta fuerza. De todas formas mejor que no se enteren los del sindicato de personajes, que últimamente están con los derechos de éstos que no hay escritor que pueda hacer algo libremente. Un asco.

De hecho, se dice que van a prohibir matarlos... ya me dirá usted que haremos entonces con el malo, si es que nos dejan ponerlo claro. En fin, que no soy objetivo porque hace poco tuve una seria bronca con los del sindicato este, algún día se la contaré, aunque roza lo desagradable.

Un saludo, tú.

8:36 p. m.  
Blogger Larha ha dicho...

¡Pero que crueldad, Sr. Zifnab! A los personajes hay que darles poder de elección ¿o no sabe usted que en caso contrario se vuelven aburridos y perezosos?.

¿O no sabe usted que si no se los permite le perseguirán por los siglos de los siglos?. Lo sé, lo sé.

Ande.

11:15 p. m.  
Blogger Ligeia ha dicho...

Muy ingenioso. La verdad es que muchas veces acabamos escribiendo lo que quieren nuestros personajes y no lo que teníamos pensado en un principio... este podría haber sido otro final como los de los sin perdices ;)

5:43 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Se rebelan los personajes y pueden llegar a cambiar el curso de lo escrito aunque no siempre lo consigan. Y es que... tienen mucho carácter. Besos

5:39 p. m.  
Blogger Montse ha dicho...

¿A ti también se te rebelan los personajes? Si es que son unos rebeldes! buf buf buf... tengo una actualmente que me pide a gritos que la deje respirar, que la estoy ahogando! en fin...
Sé feliz, amigo, y sigue escribiendo! Y ellos, que se chinchen, oye, que están a nuestro servicio!!!

3:34 p. m.  
Blogger rafico ha dicho...

Que miedo que los personajes de un papel (o de una pantalla) se revelen contra su ecritor.

Pero no los has bautizado, y por algo extraño no puedo perfilarlos. Solo están pero no son.
Por otro lado, pienso que las fantasías y los discursos personales nos aportan sin necesidad que se cumplan, a veces ello es mejor.
Un abrazo. Hasta pronto.

6:02 p. m.  
Blogger TICTAC ha dicho...

El Mago Zifnab les dio vida y ellos se la tomaron... :-)))
el amor es poderoso se rebela hasta contra el papel!! Bellisima historia!!

Saludos

10:03 p. m.  
Blogger almena ha dicho...

cómo prende tu relato.
Me encanta la forma en que has incluído en él al autor :-)

8:50 a. m.  
Blogger poemasperdidos ha dicho...

Bueno, todavía me estoy riendo del comentario de bito en tu post del vampiro... y luego leo a estos veraneantes rebeldes... ay señor mago, que cosas se ven estos días!!! Menos mal que no les dió por dejarlo encerrado en la historia y salirse ellos a vivir!

Besitos,
Gab

5:22 a. m.  
Blogger marga ha dicho...

Genial!!! Esos personajes chulitos y protestones... de los mejores posts que he leído.

10:17 a. m.  

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