Un mal día.
Aunque el gato negro trepó despavorido hasta lo más alto del árbol más cercano, la pedrada le alcanzó de pleno en la cabeza y cayó irremdiablemente muerto hacia el vacío. Había tenido la mala suerte de que un niño blanco se le cruzase en aquel funesto día trece.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio