Zifnab
No soy yo, sino quien me creo quien ha de definirme. Pierdo mi última virginidad y me quedo vacío.
"Xar frunció el entrecejo y avanzó hacia el viejo (Zifnab) hasta colocarse tan cerca que su aliento movía las delicadas canas de su desconocido compañero.
_ Vas a decirme quien eres, de lo contrario puedo hacer que los próximos minutos te resulten muy desagradables_
_ Si, no tengo la menor duda de que podrías_.
La expresión vaga abandonó los ojos del viejo y los dejó llenos de un color indecible, un dolor que Xar no soñó en poder reproducir jamás
_ Pero todo lo que me hicieras sería inútil _ continúo con un suspiro _. Te aseguro que no se donde está la Séptima Puerta. Nunca he estado allí. No estaba de acuerdo sabes?. Quería detener a Samah si podía. Así se lo dije. Los miembros del Consejo enviaron a los guardias y me llevaron por la fuerza. Necesitaban mi magia. Soy un hechicero muy poderoso -. El anciano le dirigió una sonrisa breve y apenada -. Pero cuando los guardias se presentaron yo ya no estaba. No podía abandonar a la gente. Esperaba poder salvarla. Y por eso me dejaron atrás. Me abandonaron. En la Tierra. Y vi el final. Vi la separación
El anciano tomó aire con respiración temblorosa antes de proseguir:
_ yo no podía hacer nada. No había remedio. No había salvación posible para la gente, para ninguna de las “lamentables pero inevitables bajas civiles” Samah dijo que era una cuestión de prioridades Y los supervivientes quedaran en mejor situación. Y así Samah los abandonó a la muerte. Yo lo vi .... lo vi todo.
Un pronunciado temblor recorrió el delgado cuerpo del anciano. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y una mueca de horror empezó a contraer su rostro: una mueca tan espantosa, tan horrible, que Xar, a pesar de si mismo se echo atrás con repugnancia.
El anciano abrió sus finos labios como si fuera a lanzar un grito, pero no surgió de ellos ningún sonido. Sus ojos se abrieron mas y mas, reviviendo unos horrores que sólo él podía ver, que sólo él podía recordar.
- Los incendios que devoraban ciudades, llanuras y bosques. Los ríos que bajaban rojos de sangre. Los océanos en ebullición cuyo vapor ocultaba el sol. Los cuerpos quemados de los incontables muertos. Los vivos que corrían de un lado a otro sin tener donde refugiarse.
-Quien eres tu?, inquirió Xar perplejo, que eres?
Quien eres repitió Xar?. El señor del Nexo clavó la mirada en los ojos del viejo..... y lo que vio n ellos fue la locura. Su constatación cayó como un telón final que amortiguó los recuerdos, apagó los fuegos, cubrió los cielos al rojo vivo y barrio el horror
La locura un don o un castigo?
¿Quién eres? repitió por tercera vez
¿Qué como me llamo? El viejo le dedicó una sonrisa inexpresiva vacía . Mi nombre es Bond, James Bond"
El viejo solto el aire de los pulmones con una especie de estertor, y la saliva le salpicó los labios
2 comentarios:
Ese fue uno de los articulos que mas me gusto, cuando lo lei...
Si no estás ya fichado por alguna gran editorial, es que eres un zángano o demasiado puro, Zifnab. Tú mismo.
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