El centro del lago de la luna

Una pequeña Republica del desconcierto y la desazón.

jueves, noviembre 15, 2007

El centro del lago de la luna

Cada 27 días y 7 horas, la luna da una vuelta alrededor de la tierra

Durante 27 días y 7 horas cada mes la luna se sumerge en un lago y un mago de pacotilla la espía desde una torre destartalada. Es tan hermosa, que duele.

Cuando ella se sumerge, vosotros la veis suspedida de un cielo de agua, cuando ella sale del lago, es el mago quien la contempla. La torre fue construida por encima del cielo y quizás el mago piense ahora que eso que demasiado alto.

La otra duda que puede quedar en relación a este blog, es por qué se llama así. Es una de las teorías que se han formulado acerca de la etimología de Mexico. T

Solo que el mago se ha cansado de mirarla. Se ha muerto de pena, se ha pirado a Benidorm o ha pensado que quizás se estaría mejor en una residencia de magos, con sus jardines decadentes y sus viejitos embalsamados.

El caso es que Zifnab se ha ido y no va a volver más. La torre seguirá abierta y el lago con agua y la luna bañándose, no hace falta más que mirar al cielo para comprobarlo. Y las historias de este lugar, con vistas al infierno, un jardín enorme y a cinco minutos del centro, seguirán existiendo. Pero ahora le toca a los demás contarlas

Zifnab no ha dejado ni una nota. Solo se ha esfumado. Como Gudú, como tantos otros. Yo también le voy a echar de menos, pero hay que mirar hacia delante. O eso dicen. Será por que no logró lo que deseaba, será porque si losalcanzó, ¿qué más da?. No existen respuestas en este mundo traidor. Ni dioses. Y magos, no se.

En cuanto a mí, en cuanto a Borja, seguiré escribiendo, más que nada porque no escribir, es tontería. Ya os diré donde. Y escribiré lo mismo, mas que nada porque no se escribir de otra manera. ¿Y entonces por que cerrar esto?. Por que no puede seguir abierto, hoy no y tampoco mañana. Lo siento.

Han sido dos años curiosos y me habeis hecho sentir alguien, que ya es bastante, por lo cual os estoy inmensamente agradecido, no sabeis cuanto. Se acaba esta etapa, pero lo bueno es que empieza otra. O eso dicen.

Sed felices. En serio.

jueves, octubre 25, 2007

Diario de un insomne

Por una noche, son las 22.30 y estoy en la cama, leyendo. Y a eso de las 22.48, minuto más, minuto menos, me dejo convencer por el sueño y me duermo. Criaturita yo. Hasta que a las 23.39, minuto más minuto menos, llama Juan. No le contesto, pero oirle le oigo, o lo que es lo mismo, me despierto. Y me cago en él. No es que le odie, a los amigos no se les odia casi nunca, pero si me cago, diría incluso que dulcemente en él. Ni siquiera me enfado, la mala costumbre de dejar el teléfono abierto y la otra, la de dormirse tarde, hacen que no pueda. Juan no imagina que a esas horas yo duerma. Así que me cago, pero cariñosamente.

Y empieza la cantinela de siempre

Primera vuelta. Ojos cerrados

Me aburro. No hay una cosa más aburrida en este mundo que intentar dormirse cuando sabes que no te vas a dormir. Al principio, le das un pequeño margen de confianza y tratas de dormirte sin más. El sueño no llega pero si el aburrimiento, que es más inexorable que la muerte.

Segunda vuelta. Ojos cerrados

Empiezas a pensar cosas. Por ejemplo, en esas trufas de chocolate que has dejado en la nevera. O en "A sangre fría" que es el libro que has dejado tirado por dormir, canalla de tí. Acaban de matar a los Clutter. Y no os creais que os he jodido el libro, que que los Clutter mueren, es cosa que sabes desde el principio. Trufas de chocolate. A sangre fría. Y el sueño en Parla, el muy cabrón.

Tercera vuelta. Ojos cerrados

Has jurado hacer dieta asi que pasas de las trufas. Y es entonces cuando Ella, o la madera, o los fantasmas, hacen un ruido. Como una pinza cerrándose brúscamente (no sabría describirlo mejor). Así que la mente como de costumbre se va de varas y te hace esta pregunta, ¿como sería dormir al lado de un cangrejo gigante?. Entonces te sumerges en un debate interior estremecedor, porque por un lado dices, coño, peor sería dormir al lado de la Supernanny, y por otro, te imaginas un cangrejo gigante con su salsa de tomate y cebolla ligeramente picante (y eso hace que vuelvas a recordar a las trufas, tan solitas ellas tras la frialdad de los muros de una nevera) y por último te respondes, agotado de tanta estupidez. Dormir al lado de un cangrejo gigante sería raro, básicamente. Igual de raro que pueda serlo para el cangrejo, que tampoco es cosa de creerte mejor que nadie.

Cuarta vuelta. Ojos cerrados

LLegan las imágenes oníricas. No son sueños son solo imágenes que se dibujan sobre los párpados. Por ejemplo, un monstruo gigantesco cuyas patas son tan anchas como árboles, blanco todo él, salvo sus pezuñas que son del color de la carne y parecen pies talmente, y sin ojos, solo con una boca paralela a su cabeza, y enorme, tanto que dificilmente le ves esa boca gigantesca. Y sin embargo, un cielo, un oso de peluche al que nadie abraza porque a ver quien tiene esa envergadura de brazos (Pau Gasol ni siquiera empezaría a conseguirlo) un monstruo un poco triste, al que le gustan los niños pero que a los niños, él no les gusta. O empiezan los diseños psicotropicos sin haber consumido trópicos ni nada. Me jode no saber pintar porque son realmente buenos. Incluso he tenido en sueños una etapa amarilla y una etapa azul (como Picasso pero más mesetario). La lástima es que cuando abro los ojos, sigo dibujando los soles con sonrisa, las personas como palos cruzados con un globo por cabeza y las flores del mismo tamaño que las casas de techos rojos. Abres los ojos, no te queda más remedio.

Quinta vuelta. Ojos abiertos.

Es dificil ver en la oscuridad. Pero aún resulta más complicado mirar. Bueno pues si eres insomne, eres capaz de eso y de mucho más. Por ejemplo, las rendijas de la persiana pueden adoptar todas las formas que quieras, por ejemplo, en esa noche, las de un juego parecido al tetris. Así que te pones a encajar unas con otras. Uno cinco y diez minutos así. Estas perdido. Tienes que dormirte. TIENES que dormirte.

Sexta vuelta. Ojos abiertos

Riete tu de lo que pueda asustar una pesadilla si las comparas con las grandes preguntas nocturnas. Sirvo. No sirvo. Existo. No existo. Que es el tiempo. Y después de la muerte, ¿qué?. No sirves. No existes. No hay tiempo. Todo es oscuro. Ay ay ay. Que lleguen las pesadillas por favor

La gran vuelta. Te has levantado

Tonteas con la tele. Pero no ayuda. Sobretodo cuando el mando se posa sobre Cuatro y ahí esta, oscura como un cuervo, diabólica y maligna como nunca se conoció a otra. Hay está Supernanny (indudablemente, prefiero al cangrejo gigante). Hay que ver lo que acojona esa muchacha a la que cuando sonríe escuchas como le cruje el cuerpo. Si a eso le sumas la visión de los descendientes de Satan a los que trata de enmmendar (esos no son niños, esos no tienes tres seises tatuados en la nuca, tienen seis y Damien a su lado parece un niño de San Ildefonso repartiendo millones) al sueño no ayuda, si acaso a la castración. Así que vuelves con los Clutter a los que han matado ya, y no sabes por que y por eso sigues leyendo, y le sigues los pasos a Perry y a Dick (que es mucho más diabólico que tu primer Dick, el de Los Cinco -pero menos que la Supernanny- y por ello, mucho más interesante) y te pierdes en ello dos horas, tal vez más, con una extraña sensación en el cuerpo. Remordimientos?. Ira?. No. Trufas. Coges y te vas a la nevera, liberas a una de su gélida prisión, prometes al resto que volverás, y cuando regresas a la cama, por fin te duermes como un angelito.

viernes, octubre 19, 2007

Marineros

Es curioso que habiendo nacido en el pueblo y sin haber salido de él más que en dos o tres ocasiones, nadie pudiera dar fe de sus orígenes, y solo recitaran rumores que un día juraban que había sido pastor y al dia siguiente aseguraban que era el hijo bastardo del viejo marqués, sin que hubiera duda en niguna de las dos fábulas. Nadie conoció a sus padres y muchos ni siquiera le recordaban una infancia, un juego o malas notas ni como ganó sus primeros dineros ni como tomó posesión de sus vidas sin pedirles permiso.

El caso es que lo hizo. Compró tierras a precio de miseria después de la gran sequia que les dejó a todos en la ruina. Y fueron cayendo una tras otra, primero la periferia y luego las afueras y alguno pensaba que el mundo también sería suyo o el cielo o el mar del que hablaban los chamarileros. En las tierras que fueron de sus padres ahora trabajaban ellos como invitados y sudaban hasta que el sol moría para sacar cuatro cochinas monedas, de las que tres quedaban para su dueño. El Patrón frecuentó por igual politicastros y púlpitos y en todos ellos cultivó amistades de cartón piedra a las que prendía fuego en cuanto le dejaban de interesar, sin quemarse nunca. No le conocieron mujer ni mucho menos amigos, no frecuentaba las tabernas ni los lupanares, nunca pasó por el casino en el que dejaba cuantiosas donaciones y no devolvía los saludos las pocas veces que se le veía por las calles. Se hizó construir una casa mucho más grande que la del viejo marqués en la que solo habitaba él y un guardés si cabe más hijo de puta que el patrón, hombre de pocas palabras y escopeta parlanchina. Hablaba pocas veces, las más de ellas a través de testaferros, hombres gordos de ciudad que advertían de las consecuencias de los impagos, mientras sudaban y bebían copiosamente y dejaban tras de si un olor tan rancio como la angustia de los vecinos.

Por ello en el bar los hombres juraban e inventaban mil muertes y enarbolaban azadas y hachuelas y hacían apuestas acerca de quién entre ellos le hundiría su maldita cabeza de una puta vez. Y todos miraban al Mario, un maldito bastardo, haragán y bravucón, que no dudaba en romperle la crisma a la concurrencia por mirarle o por no mirarle, por hablarle o por guardar silencio. Pero cuando pasaba el coche del Patrón Mario era el primero en agachar la cerviz y con el, el resto, acostumbrados a ver la tierra, a morder la tierra, a enterrarse en ella sin dejar nombre ni legado. T

En los lechos conyugales ellas susurraban sortilegios y ellos se empitonaban mientras cabalgaban sobre sus mujeres a las que les juaraban justicia antes de llegar al orgasmo. Pero luego ellas se quedaban con la promesa y sin el orgasmo, con los ojos encendidos como las hascuas del brasero que malamente calentaba la alcoba. Se dormían agotadas, despertaban renegando de sus sueños nocturnos ante la avasalladora certeza de un día de trabajo eterno y detestando sordamente al canalla de su marido, poco hombre por la noche y poco hombre por el día.

Un vecino, ni mas ni menos valiente que sus paisanos, pero quizás más hambriento, más harto o más cansado le juró al patrón, la voz elevada y las venas encendidas, que su muerte sería larga, que se pudriría en el infierno y que el dedicaría su eternidad a reirse de sus tierras y de su mala baba. Y los paisanos celebraban la hazaña como la de una caballero medieval y le invitaban a frascas de vino y reían más fuerte que lo cotidiano, pero no faltaba el aguafiestas que recordaba la respuesta del viejo demonio "Una persona habrá que me llore y sus lágrimas apagarán tus llamas, imbecil" y reía bajito, el viejo demonio, y esa risa asustaba más que ese infierno del que tanto se hablaba. El hombre apuró su noche de gloria y por la mañana apareció con los sesos reventados, ya fuera por rendición o por conquista, lo mismo daba en aquellos tiempos.

Hasta que llegó el día en el que las campanas anunciaron la muerte del tirano, proclamando su condenación eterna y nunca fueron más alegres que entonces los, tañidos de los difuntos. Vistieron las mujeres las ropas de fiesta y algunos hombres se pusieron colonia y unos en un lado y otras en otro, sonreían el sermón del atribulado sacerdote, celebrando calladamente las fechorías que los demonios y demás pestes depararían al alma del viejo cabrón.

E iremos todos a comprobar que queda bien muerto y enterrado, y si se levanta le vuelvo a tumbar de una pedrada, decía el Mario, ahora si con la cabeza estirada, y todos reían el disparate como cuando eran niños y reir no suponía un trabajo. Y si hay alguien que llora le arrancamos los ojos, que el tirano solo merece sangre y cal y no pucheros. Gritaban todos eufóricos, camino del cementerio, detrás de un viejo cajon de pino, del olor de las mulas y de la cruz de plata, como si de una romería se tratase. Ni siquiera el alcalde ni la fuerza pública imponían el respeto debido al finado, bien muerto estas musitaban, pero muy bajito, no fuera a ser que le diera por levantarse y ponerles a todos en su sitio.

Y sin embargo les pesaba un miedo, cosa que a nadie sorprendía, porque el miedo y la miseria eran sus mas devotos compañeros. Miraban asustados los ojos de los vecinos y respiraban tranquilos por hallarlos tan secos como siempre, secos como sus tierras o como sus entrañas, ardientes y odiantes, como debía de ser. Por eso cuando apareció aquella mujer, tan mayor como macilenta, el miedo se les convirtió en una soga que les estrujó el cuello y las tripas el. Y la abrieron paso mareados por el olor a desgracia que dejaba tras de si la vieja chocha. No les sorprendió hallar cristales en los gastados ojos de la mujer, tan pequeñita, tan cobijada detras de un chal de lana herrumbrosa. El sueño se les rompió tras el retrato de tristeza que aquella mujer pintaba. Ninguno de ellos sabía nadar lo suficiente como para evitar ahogarse tras aquellas lágrimas aquellas y donde habían jurado tormenta, solo les quedó lluvia. Los golpes se quedaron en miradas, más de asombro que de odio y los gritos murieron en silencios que solo profanaban sus pies, arrastrandose por el camino de vuelta.

Los ojos de las mujeres regresaban grises como las cenizas de los braseros que nunca terminaron de calentar la alcoba.

lunes, octubre 15, 2007

Teología

La diosa negra deja caer su vestido de seda que se posa sobre el suelo sin hacer ruido y lo único que separa a Fidias del abismo es el cinturon de anillos de plata que le recorre la cintura y le delata el pubis. Pezones de chocolate puro se yerguen eniestos ante sus ojos y la boca se le hace agua, ahogando las castidades. Nada es más cosmico que la diosa desnuda, ni siquiera su erección inmensa y descarada, que la señala sin recato.

Su cabello es la selva. Sus ojos las fuentes del nilo. Sus pechos las colinas de la infancia. Su coño el paraiso del que un día desterraron a los hombres. El cinturón de plata la única realidad que le separa del sueño. No se le ocurren más metáforas de tan desnuda como está la musa.

Se acerca la diosa y no suenan sus pasos, solo sus anillos y Fidias siente algo parecido al miedo, mitad por expectativas, mitad por supersticiones. Se tumba la diosa junto al cuerpo tembloroso de un tal Fidias y le arrebata la vida con su mirada. Toca la lengua de la diosa la nariz de un hombre que quizás una vez se llamó Fidias y le concede la existencia, regalo y venganza, del que solo los dioses saben. La diosa toma una de las manos del hombre y le deja esculpir sus divinas tetas. La diosa usa la otra mano para acariciar el miembro de la sombra que gime a intervalos precisos. Después la Diosa escala a Fidias y le permite blasfemar con libertad, mientras follan desmesuradamente. La diosa resucita en medio de un orgasmo furioso y cae con estrépito sobre las plumas de un ganso muerto. Esta vez si hace ruido. Esta vez existe.

Fidias despierta con el primer rayo del alba. No le causa sorpresa comprobar que ya no está la diosa. Los sueños le revelaron el tintineo de unos anillos de plata que se marchaban sin mirar atras. A pesar de ser un hombre racional no puede evitar un pellizco, llemenlo incertidumbre, llamenlo soledades. Desnudo se levanta, mira al sol y le insulta y luego pide perdón por su osadía y jamas vuelve a entremezclarse en cosas del cielo, tan grandes, tan hermosas.

Una mujer completamente desnuda pasea noventa kilos de desatadas lorzas por una habitación oscura de una ciudad cualquiera. Ríe con gozo y sin mesura y devora la mirada de un hombre que desde la cama contempla goloso su humanidad inmensa, mientras cuenta, con voz de bourbon y tabaco de picadura, las historias de las diosas prostitutas que, por una sola noche, regalan su cuerpo a desgraciados mortales a cambio de sus almas por toda la eternidad. Pronto la mujer hace lo propio y goza divinamente de los dones de su hombre, que se esmera en adorarla al menos, mientras su mortalidad se lo permita.

Quizás suene tambíen la plata en esa habitación sin apenas aire y con poca luz.

lunes, octubre 08, 2007

Mira que me lo decía mi madre, coño

No vayas allá mi niño

Pues yo era un niño entonces y como viejo que soy ahora, es ahora cuando comprendo la razón que tenía. Ahora que es demasiado tarde, ahora que poco a poco me dejo caer. Ahora que me siento. Ahora que espero la muerte

El horizonte. Mi perdición. El único lugar al que yo nunca pude llegar y por eso, mi mirada nunca dejaba de perderse, y por eso mi madre me decía, no vayas allá mi niño y yo iba, con la mirada, y con el pensamiento y al final con los pies, por el camino de arena, que ahora se que no tiene fin (o quizás lo tenga, pero está demasiado lejos). Mi madre mascullaba, es eterno, es eterno, pero nunca hizo nada para detenerme, salvo esperar.

También se ahora (que cansado estoy) lo canalla que era el poeta que juraba que el camino era lo importante. Quizás fuera, porque el acabó llegando a casa o porque nunca se marchó y le dio por imaginar lo romántico que sería viajar eternamente. Apenas dos brazos me saludaron a lo lejos y los más, se escondían detrás de granjas ruinosas, vencidos por el miedo. Que mire avergonzado, los muñones que me quedan en los pies, que huela lo que un día fueron ropas y ahora solo es piel. Y que entonces me hable de mierdas de caminos que hacen de la vida una aventura.

Yo seguí andando, al principio, porque el horizonte siempre se veía muy cercano. Y al final, porque regresar no merecía la pena. Bebi todas las lluvias de todos los años y no hubo polvo del camino que no acabara dentro de mis pulmones. Cierto es que hubo parajes bellos, o creo recordar que los hubo. Estoy cansado, estoy demasiaqdo cansado para saber si fueron verdad o invento.

Y por eso es aquí, donde los árboles mueren donde decido que todo se acabe. Que nadie llore por mí. Que nadie se acuerde. El horizonte no existe, mamá, lo siento.

lunes, septiembre 24, 2007

Opinión (y II)

Decíamos ayer que una señorita guapa ( o eso dice ella) no sabía ubicar Santander. La chica es una de las que figuran en el casting de un superprograma conocido como Supermodelo 2007 (es super, super guay). En dicho programa unos tipos sin muchos escrúpulos tratan de sacar réditos económicos de las ilusiones de la gente. O sea lo de seiempre

Pues no. Esto es incluso peor. Diversas secciones del programa muestran a unas niñas presuntamente atractivas llorando a moco tendido por cualquier cosa, unos señores que las gritan constantemente y muchas otras perlas que no he tenido el gusto de comprobar in person, porque uno es morboso, pero sin maldad. Evidentemente una persona de mi nivel intelectual no ve estas cosas (yo solo veo programas grabados del Punset) pero tengo un amigo de un amigo de un amigo de un amigo del kiosquero que me las cuenta. Dice el chaval que su sección preferida es aquella en el que las chicas tratan de convencer al público de las razones por las que deben quedarse, pero en lugar de eso, no sabe si por propia iniciativa o porque les han dicho que lo hagan así, lo que hacen es explicar las razones por las que la otra no debe quedarse. Para ello hablan de cosas tan espantosas como las caderas anchas de su contrincante o los toscos rasgos del rostro de su bello rival. Una y otra se ponen a parir y la otra y la una reciben las críticas con templadas lágrimas que descienden plácidamente por sus tersas mejillas. La hostia de bonito, vamos. Ríete Campanella.

Bien como decíamos ayer, esto no es un blog de opinión. Y menos aún pretende ser un blog de denuncia de la lamentable sociedad en la que vivimos. No. Es mucho más que todo eso. Este blog pretende desacreditar para los restos a su autor así que manos a la obra.

Madrid, viernes, diez de la noche, quien dice viernes dice cualquier otro día de la semana, quien dice Madrid. Una pone la uno y ve como Van Damme introduce con mucha educación seis balas en el orondo cuerpo de un terrorista. Si uno es masoquista o bakala y continúa mirando verá como hace lo propio contra otros trescientos extrnjeros y se cepilla una chica de buen ver, preferiblemente rubia. En Antena 3, Jacki Chan le arrea cuatro patadas de Kung Fu al profesor de su hijo porque es demasiado estricto con el chaval y en Telecinco Steven Seagal apura los restos de los terroristas islámicos dejados por su amigo Jean Claude y aprovecha para acostarse con la hermana de la rubia (al menos igual de exhuberante y en ningún caso menos tonta que la hermana). O si no, ponemos un programa del corazón y todos tan contentos.

Sin embargo mi amigo, muy devoto de la caja tonta, dice que para verse una película erótica hay que ser insomne y renunciar al sueño. Y del porno ya ni hablamos. No es que el amigo, de mi amigo, del amigo del quiosquero vera muchas pelis de esas (aún así es un degenerado), solo es que no entiende por qué los chavales pueden asistir a los genocidios que se marcan los colegas y en cambio ver a dos personas hablándose con cariño la una a la otra (un jadeo bien puede ser identificado con una palabra)es poco más o menos que condenarle al infierno. Y no es que mi amigo quiera que los niños vean "Campamento de verano con el cipote en la mano". No. Ni siquiera pretende que esas pelis se emitan, da igual el horario. Que siempre hay videoclubs para quien las quiera. No. Lo que le jode son las razones. Y por eso, mi amigo el degenerado, muy tozudo él, pregunta;

La mujer queda peor retratada en una peli porno o en una peli de Indiana Jones en la que se dedica a gritar todo el rato, solo piensa en perfumes y en joyas está a punto de desmayarse a cada momento

No se tío

No en serio, y además, no es más cierto (el tío es abogado) que si bien la mujer resulta cosificada en muchas de esas películas, el hombre es animalizado, es una polla con patas. Y que incluso, las hay que como las meigas, simplemente buscan entretener y no son tan profundas

Pasa de mí, coño, que estoy intentando concentrarme en el futbol

No tío, es que es muy fuerte. Es acaso peor una peli porno que SUpermodelos 2007. Viendo el programita que acabas pensando de las guapas:

- Que son tontas
- Que son débiles (lloran todo el rato)
- Que entre ellas, son unas arpías
- Que la única forma de que aprendan algo es que los hombres las griten

Y lo dice mientras se va cogiendo dedos a modo ejemplificativo

Oye te vas a callar o te mato

¿No resulta eso mucho más denigrante para una mujer que una felación?. Porque sin embargo la tele está llena de programas, anuncios, y series que reflejan ese tipo de mujer. Pero esos si los ves en las teles, constantemente y a todas horas. Y esos no los prohiben. O sea. Que la imagen de la mujer se la toca. Y lo que de verdad vetan es el sexo. No vetan la violencia gratuita, no vetan el morbo gratuito, ni siquiera vetan mostrar que la mujer y el hombre son imbéciles. Solo vetan el sexo gratuito. Y eso resulta muy triste por alguna razón que se me escapa

Así que tuve que coger un hacha y degollarle porque así no hay quien vea el futbol, con tanta reflexión de los cojones. Muy tranquilito y con una cervecita en las manos los ecos de las disertaciones de mi amigo fueron desvaneciendose en el tiempo. Y encima después pusieron una película en la que Chuck Norris mataba a un avestruz con sus propias manos. Cojonuda.

Cuando me dormí, soñé que era un mago de barbas luengas y gorro de capirote deshilachado y escribía cien mil veces en una pizarra de crema, nunca más volveré a opinar y luego me la iba comiendo (la pizarra) con una cucharilla, poco a poco, sin prisa y me la terminaba y luego no se que pasaba porque me acababa despertando. Y volvía a ser un mago sin opinión.

P

Opinión: Siento el tostón (I)

Este no es un blog de opinión. Al menos, no lo es habitualmente por múltiples razones. Si todo el mundo opina, ¿que más dará una opinión más que además yo ya me se y estoy cansado de repetírmela?. Para opinar estan los tertulianos, los locutores de radio y los púlpitos y tambien los foros y los blogs y sobre todo, sobre todo, sobre todo, la barra de un bar, con su cervecita helada y su cigarrito en el dedo y sus mollejas recién hechas mientras vas arreglando el mundo,...... estoy teniendo un orgasmo..... ya.

En este algo nos ha dado por la vida contemplativa. Le miramos los pechos a la luna y si lo deseais, todo es cosa de pedirlo, podemos regodearnos con el culo de Mercurio, cada cual con sus gustos y Dios en el de todos. Nos bebemos brebajes inclasificables (ron con cocola, caipirinhas y otras bebidas si cabe más lúgubres) y comentamos las vicisitudes de la vida de por ejemplo, Manolo que fue el tercer hijo de Eva y Adan y que despilfarró todo lo que sus padres habían escamoteado del Paraiso en el primer casino de la historia de la humanidad.

Pero, somo para todo tiene que haber una excepción, hoy vamos a opinar. Y mañana también. Con dos apéndices.

El caso es que el otro día en un programa de radio, andaban algo escandalizados por el nivel cultural de loschurumbeles de la LOGSE, que al parecer no sabían por donde cae Santander (luego, en un zapping, me enteré de que la hazaña la había protagonizado una chica en un reality show de señoritas guapas del que hablaré en el siguiente artículo de opinión). El caso es que entre las brumas del sueño, mi cabeza se decidió a ponerse a pensar, y como no le sucede muchas veces, yo le dejé a la pobre que se desahogase, mientras trataba de apurar los cinco minutitos de gracia que todo buen dormilón debe concederse por las mañanas. Cuando me desperté, mi cabeza (que es buena chica aunque un tanto espesa) me comentó que más tarde habían debatido sobre la educación sexual y que una señora había llamado diciendo, que por muy liberal que se fuera, había cosas y cosas, y que antes de saber por donde andaba el punto g mejor sería saber ubicar ciudad tan noble y gallarda como la santanderina (esto no lo dijo así, pero mi cabeza es muy pomposa, la pobre, le gusta la laca y los bigudiés a pesar de su excelsa virilidad, dice ella).

El caso es que desde muy pronto comencé a notar cierto malestar en mis entrañas que no cesó ni siquiera despues de ir al baño a hacer lo que se suele hacer en el baño (además de tocarse, me refiero) y que se prolongó durante la mañana y por la tarde, a pesar de haberme tomado un Gelocatil y un Almax. Fue justo con la cena cuando mi cabeza se apiadó de mis pesares y me dijo con un deje de impaciencia. Lo que pasa es que quieres pensar". Y yo hostia, y eso como se hace y la cabeza con más impaciencia aún, te concentras y haces fuerza, y yo, ¿como cuando voy al baño y no me toco?, y la cabeza callada y yo muy solo.

Pero me puse manos a la obra, y oye que no es tan dificil, que apenas tres horas después ya había llegado a conclusiones sabias, pavorosas, eso sí, pero las conclusiones, por el mero hecho de terminar, siempre lo son. Estoy muy orgulloso de mi mismo, pero tengo que advertir a quién haya llegado hasta aquí que no todo el mundo está preparado para leer lo que voy a revelaros. Si no fuiste capaz de ver "El resplandor", que sepas que esto acojona mucho más que las dos niñas esas que iban por los pasillos del hotel Overlook.

1. Generaciones y generaciones de gilipollas han pasado por la historia y todos han dicho lo mismo. "Esta juventud...". Los jóvenes llevan siendo más maleducados, más agresivos y más tontos desde Manolo (ver segundo parrafo) con lo cuallo cual, puede afirmarse, sin ningún género de dudas, que el primer ser humano era Dios (lo sabía todo fruto de su esmerada educación, era amable con los ancianos, aunque no hubiera por el mero hecho de ser él el primero, nunca faltó al respeto a nadie y por supuesto jamás se fue de botellón, de hecho el fue el primero que dijo, esta juventud, cuando vio como Adan y Eva contravenían sus justas prohibiciones). Desde entonces todo ha ido fatal. Lo único es que, al contrario de lo que puedan pensar mis congéneres, basta echarte una partida de Trivial con gente de tu generación como para darse cuenta, de que en todas partes cuecen habas y que reputados profesionales y excelentes personas son incapaces de enumerar los colores de la bandera china y no tienen ni puta de idea de quién escribio La Vida es Sueño (será Lope, será Calderón?). Y todos ellos son hijos de la EGB y se escandalizan con la chica guapa que no sabe donde pilla Santander (habría que ver lo que haríamos nosotros con un mapa mudo delante de nuestras narices). No es por tanto culpa del sistema educativo, ni somos tan mejores que nuestros descendientes, ni siquiera creo que sea bueno criticar tanto lo ajeno con tanto que arreglar en lo propio.

Pero no me quedé aquí y presa de un espasmo de reflexión me atreví profundizar aún más, hasta adentrarme en mis regiones más remotas y descubrir cosas aún más sobercogedoras.

2) Es mucho, mucho, mucho, pero muchísimo, pero la hostia, pero que la hostía de muchísimo más importante saber el lugar exacto en el que se encuentra el punto G que ganar una partida de Trivial porque Santander sea la capital de Cantabria. 9 de cada 10 ganadores de una partida de Trivial así lo corroboran. El otro tenía una ezquizofrenia paranoide que impide que tengamos muy en cuenta su opinión.

La cultura no define a los humanos (pensar por si mismos, sí). Ni tampoco el Punto G, solo que este les hace mucho más felices.


Del Punto G, por desgracia, no tengo mapa



En el próximo capítulo: Segunda y última parte de la opinión de un mago idiota que ganó bastantes partidas de Trivial.

jueves, septiembre 20, 2007

Ciencia ficción

Allí está el, sentado en su coche, compadeciéndose un poco de si mismo, temeroso de que sus ojos confirmen lo que su vientre barrunta, mirando hacia ella, sentada sola, con los ojos perdidos tras el gran ventanal, sin hacer mucho caso del café que se enfría entre sus manos, sin verle mientras el la ve y la mira y la olería si pudiera, si no hubiera tantos cristales entre uno y otro que consienten la vista pero desdeñan el olfato. Él, emequeñecido por el asiento de un coche demasiado enorme, inerte, nervioso. Asustado..

Y por fín. Llega un él desconocido (compañero de trabajo?, tertuliano de chats?, feligres de taberna?, judio errante?) y la mira. Los ojos perdidos se enncuentran, se encienden, se levantan junto con el cuerpo, aguardan temblorosos sonríen anhelantes. Delante de el, el cristal sin olor le muestra como otros labios fruncen los que hasta hace un tiempo besaba él con más pasión incluso(quizás más de un tiempo, quizás dos o tres, es curioso, tantos relojes y sin embargo que dificil es saber la última vez de nada) . Dos cuerpos que se abrazan ocultando dos rostros que ya no importan. Dos rostros de cristal que no huelen.

Tiempo de esquivar caricias, de llamadas a media voz que prometen "luego.", de interminables programas de televisión que las palabras nunca interrumpen. Tiempo (cuanto? un año, tal vez dos, pasan tan rápido, donde se guardan los calendarios) en el que las moscas le azuzan la oreja, y recupera el calor perdido y la mira de como una diosa, acercándose sin rozarla, rezandole por las noches. Tiempo de lágrimas perdidas sentado en la taza del water, de comidas sin sabor y sin palabras. Los amigos diciendo.. y mirándole...Tiempo que se acaba en la animosa conversación que mantienen los dos amantes. Se ahoga en la taza de un café que agoniza olvidado. En dos manos que se cogen sin soltarse. Tiempo muerto. Fin.

Lo que más sorprendente le resulta es que donde el esperaba la rabia, solo encuentra alivio. Sabe que dejó escapar su oportunidad, que no tiene derecho de reprochar nada. Y no solo lo sabe. También lo acepta. El que se imaginaba en las noticias del día siguiente, crimen pasional en una cafetería diría una presentadora rubia, de peinado imecable de puntas abiertas, con un traje de chaqueta rojo y una sonrisa serena. Y un hombre más informal y más calvo, relatando desde el lugar de los hechos una detallada crónica de los acontecimientos. Y una vecina de un tercero cualquiera, jurando mientras paseaba a su perro, que parecía un hombre normal, feucho pero normal. Tanto tiempo sin... tantos reproches con... arranca el coche y conduce distraidamente mientras piensa en una nota de despedida. Largas cartas de pasión, libros de reclamaciones, notas penalmente imputables , reseñas de sucesos, instancias de reconciliación...

Cuando ella llega a casa, el no está. Una nota brilla sobre la cama

Ella llora (un poquito, agua templada que acompaña, que no deshace. Por fin despierta y eso asusta) y lee.

"Te quise mucho. Te quiero más. Lo siento. Se feliz"